lunes, 4 de julio de 2011

EL JARIPEO RANCHERO

EL ESPECTACULO MAS VISTO
Hombres hay (imprudentes) que montan para emocionar a las mujeres, la novia, la amiga o para atraer la mirada de las mujeres solteras o casaderas y una que otra viuda o casada sin marido al alcance desde luego, estos jinetes por querer apantallar caerán irremediablemente entre las patas del toro, para deleite del público, delirio de las damas y angustia de sus familiares.
Jinetes hay que parece que nacieron pegados o clavados al toro, el secreto está en afirmar las piernas sobre el ceñidor que sirve para ajustar los pies y este impulso resta algo de movilidad al toro, es la maña que se adquiere con la experiencia y eso le permite al montador hacer alardes, como el gesto de alzar los brazos, recostarse sobre el toro o en algún momento ponerse en posición horizontal, manteniendo la seguridad de la monta con la presión de las piernas, como ejemplo tenemos en Solaga al hoy veterano Silvano Ojeda, pero también hay montadores de este estilo, de Tavehua, Xochistepec, Yalina, Yaganiza, Tabaa, Yojobi, etc.
Últimamente han participado toros de otros pueblos en el jaripeo de Solaga, han ido de San Pedro Cajonos, Zoochila, Tavehua, Yojobi, Camotlan, El Porvenir, entre otros; algunos de estos toros han destacado por su bravura, como el toro palomo de Zoochila, el canelo, bello ejemplar, el chopa nola (dos mujeres) o el místico.
Para apoyar la actividad del jaripeo se requiere de la participación de un grupo de vaqueros que son nombrados en asamblea, además del apoyo voluntario de aficionados que se encargan de ir al campo por los toros de la localidad y conducirlos al evento y después regresarlos a su sitio.
En la fiesta en honor a la virgen del Carmen, en julio de 2009, se estrenó (como parte del programa ecologísta instaurado en el pueblo),un corral de estructura tubular de metal que vino a reemplazar el tradicional de palos o troncos que propiciaba la tala inmoderada de arboles, este sistema viene a revolucionar la práctica tradicional y a proteger los bosques, se puede reciclar e incluso se podrá rentar el corral prefabricado a otros pueblos que no cuentan con bosques y por lo tanto no han tenido la fiesta del jaripeo. Este corral cuenta con una especie de jaula que se conoce como el cajón de los sustos permite la variante en el estilo de monta, se diferencia de la monta tradicional ya que aquí ya no se amarran los pies del jinete, con el ceñidor, el jinete simplemente se prepara, se persigna, toca el lomo del toro y se deja caer sobre el animal aferrandose de los arillos y se abre la puerta, ahora se sostiene con la pura presión que ejerce sobre el cuerpo del toro, el chícharo gritón cuenta, uno, dos, tres, y poniendo pelos de punta al público, cuando cae el jinete dice: quítenselo, quítenselo, y si es un toro bravo y baja alguien a torear, el chícharo sigue haciendo lo suyo y dice: este sí tiene cachos señores, este torero sí tiene cachos y los toreros ya con los estragos de los tragos y animados con la música de banda, bien machos, casi se ponen sobre los cuernos de los toros, el torero de la mochilita (Gaspar, de Yojovi) no suelta la mochilita, que traerá en esa mochilita que no la deja, no la sueltes compadre, cuidado, cuidado, no cabe duda, la suerte está de su lado, se ha salvado de varias cornadas. Viene Saúl que tanta gloria ha dado a Solaga, ha sufrido algunos percances, pero sigue de temerario como siempre, da un pase y da otro y la libra, baja Maurilio Cruz, veteranazo, hace muy buena faena, viene la diana y así en un clima de algarabía se desarrolla el jaripeo en San Andrés Solaga, Oax.
Con motivo de las fiestas patronales del mes de noviembre de 2009, se agregó al programa y por primera vez en la población, el jaripeo nocturno, lo cuál permitió una mayor concurrencia de la población a este evento, ya que a esa hora la gente se ha desocupado un poco de sus actividades habituales en casa. En esta ocasión estuvo animado con la destacada participación de Las Azucenas, dueto acompañado de la Banda brillante, quienes deleitaron al público con éxitos rancheros de todos los tiempo. El jaripeo nocturno ha logrado dejar un buen sabor de boca en el público, por lo que no dudamos que este número pasará a formar parte del programa de futuras festividades.
En las proximidades de la fiesta se realiza la asamblea comunitaria para ultimar detalles en relación con la misma. La autoridad exhorta a los ciudadanos que cuentan con ganado, a que acerquen a sus animales a los terrenos cercanos a la población, buscando de esta manera un poco más de colaboración con los vaqueros a quienes de paso manifiesto mi agradecimiento y respeto, ya que su tarea no es nada fácil, por lo mismo en los últimos dos años se ha exaltado su labor en homenajes simbólicos que se han realizado antes de dar inicio al programa. En general la mayoría de los ciudadanos se muestran sensibles a este llamado, quienes no se ajustan a la recomendación, se hacen acreedores a una sanción. Les refiero de la pagina de mis recuerdos, que me tocó ver en algunas ocasiones que algunos paisanos apáticos o eternos aburridos preferían alejar a sus toros, argumentando que eran maltratados en el corral y algunos por razones que los animales no entendían o simplemente porque no compaginaban con la idea de estimular su estado anímico de vez en cuando para romper con la vida rutinaria. A veces desconcierta la falta de curiosidad que denota este acto ante el espectáculo de la vida.
Quienes participan en este evento, salvo algunas pocas excepciones, en su mayoría son adeptos o adoradores de Baco (dios del vino de los antiguos romanos). El corral tiene una zona o lugar para soltar los toros, a un costado de la galera, en este sitio se colocan los cartones de cervezas y las botellas de mezcal a un lado del hidrante de pared por si alguien prefiere agua simple o para los gorrones o mirones, y todo lo necesario para el ritual del jaripeo, los lazos, las cobijas, los petates, a quien llega lucido o sobrio se le ofrece un (yohuechazo o un tobalá) trago de mezcal para matar el nervio (miedo) y para darse valor por si le falta, después de torear o montar se regala a los participantes una copa o una chela.
Tal vez para irme acostumbrado a la vida del campo, un día mi abuelo me compró una yunta de bueyes, ambos eran pintos, blancos con manchas negras, el dominante tenía por nombre Tigre y el otro Galhan, en vísperas de la fiesta los acercaba a una distancia como de 500 metros de la población y casi siempre eran los primeros en entrar al corral, el toro galhan nunca se dejó montar, pataleaba, se retorcía,se tiraba, hasta quedar patas hacia arriba, total que acababan soltándolo con el puro cincho, ambos fueron manzos, el tigre si lo montaron, a veces daba vueltas tratando de tirar al jinete, en una ocasión lo montaron entre dos canijos, “el tigre” Bardomiano Arce (bard rhiz)montando el tigre, en un descanso del toro se dejó caer el finado othón García (egla) sobre el animal abrazandose de “el tigre” y así se mantuvieron de trenecito un buen rato sobre el tigre, haciendo las delicias del público, no he vuelto a ver algo así últimamente.

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