viernes, 21 de marzo de 2014

EL NIÑO BENITO JUÁREZ

 EL NIÑO BENITO PABLO
 
El pueblo es San Pablo Guelatao, en el estado de Oaxaca, México. El lago, "La Laguna Encantada" en la que su pueblo se refleja, y en el que estuvo a punto de morir cuando niño. Allí nace Benito Juárez el 21 de marzo de 1806. Nace indio, es decir, pobre. Tres años tenía cuando murieron sus padres, quedando al cuidado de sus abuelos paternos. Y cuando estos murieron, pasó al de su tío Bernardino Juárez. Apenas tuvo uso de razón, se dedicó a los trabajos del campo, al pastoreo. Pero era de aquella buena raza de los que quieren saber, mientras pastoreaba el rebaño iba obteniendo lecciones de la vida, de su propia condición: supo así que el hombre puede ser el guía y el protector de las criaturas más indefensas, y que conducirlas por senda segura es su primer signo de responsabilidad y de grandeza. Fue pastor de ovejas mientras llegaba la hora de serlo de hombres. Antes de saber de letras, supo la descarnada verdad del México de su tiempo: la pobreza, la ignorancia, la injusticia.
Era indio, nunca dejó de serlo. Pero desde niño se dio cuenta de que para actuar sobre el mundo y cambiarlo a la medida de la justicia, era preciso hacerse de una lengua de alcance nacional, que le permitiera servir a todos los mexicanos y no solo a los coaborigenes, los Zapotecas.
Guelatao era un pueblo pequeño, carecía de escuelas, ni siquiera se hablaba ahí el idioma español. Los padres pudientes mandaban a sus hijos a la ciudad de Oaxaca para que se educaran, a los pobres los ponían a servir en las casas ricas, a cambio de que se les enseñara a leer y escribir. Para Benito Pablo no había más camino que este último. Al amanecer del día 17 de diciembre de 1818, a los doce años de edad, se fugó de su casa, a pie, rumbo a la ciudad de Oaxaca, adonde llegó en la noche del mismo día. Anduvo de puerta en puerta preguntando por su hermana, Josefa, cocinera en casa rica. Cuando se encuentran, se abrazan y lloran y se dicen ternezas en el idioma nativo. En casa del geneovés Antonio Maza, que así se llamaba el patrón de su hermana, pasó  Benito Juárez los primeros días, trabajando en una granja.
En adelante, todo en la vida de este hombre parece milagroso y providencial.