miércoles, 6 de julio de 2011

DIRECTOR DE BANDA

SUGERENCIAS PRÁCTICAS AL DIRECTOR DE BANDA
Herramientas para el director: su atril, su batuta, su podio (tarima o banco de apoyo) y su guía, con la música que vaya a ejecutar la banda en caso de que no la tenga memorizada, en estos casos siempre es recomendable tener un director con dominio de su oficio para que la banda se escuche ordenadamente, un director que sepa manejar sus tiempos, dar con precisión los movimientos de entrada y salida de los instrumentos, controlar el volumen según la intensidad de la música, entre otras habilidades que irán haciendo de la música una experiencia más agradable al oído. Hay directores que prefieren la partitura en el atril solo como un elemento accesorio, aun conociendo el tema ya que esto viene a reforzar su seguridad y en ocasiones puede darle un toque de elegancia. Un director con la cara metida en las partituras no motiva a su grupo, ya que además de los gestos de los brazos y las manos que inducen, la expresión de los ojos y el cuerpo es fundamental para transmitir seguridad al grupo, este lenguaje corporal contribuye a establecer una comunicación más estrecha con sus músicos y redundará en mejores resultados. Hay directores que al dar el compás prefieren el gesto enérgico y otros que prefieren el movimiento suave, pero ante todo debe demostrar carácter, seguridad y personalidad al dirigir. En el caso de los músicos jóvenes deben considerar en la dirección a un director experimentado que sepa conducirlos por el camino de la disciplina y el respeto.
Los movimientos monótonos de alguien que lleva la dirección de una banda no cautivan a nadie y no causan la menor gracia a quien lo observa, directores hay que al dar el compás, más parece que están dando la bendición a los fieles, un director debe estar motivado, alegre, para contagiar con su entusiasmo a su banda.
Nada hay peor que un director manoteando de espaldas a sus músicos, y un solista infame sin dirección. Cualquier titubeo puede echar por tierra un trabajo de equipo.
La dirección también tiene que ver con la inventiva y la genialidad de quien dirige.

martes, 5 de julio de 2011

DE FIESTA EN OAXACA
En nuestras fiestas reproducimos formas especiales de expresión artística y ritual; es también ahí donde los oaxaqueños convivimos y reafirmamos lazos de amistad, pues hay muestras de hospitalidad, generosidad, solidaridad, pero también de organización y cooperación. En ellas existe una tradición artística como son las bandas y las danzas.
A lo largo de todo el año hay fiestas con diversos matices, derivados de la fusión de dos culturas: la indígena y la española. Religiosas, cívicas o simplemente tradicionales, como las de los Santos Reyes, la candelaria, Semana Santa, la Asunción, la virgen de la soledad y la tradicional Guelaguetza. Al carácter especial de las fiestas están íntimamente ligadas las danzas, que se interpretan como parte fundamental de ellas.
Las fiestas implican más trabajo que el cotidiano para quienes se encargan de organizarlas, como es el caso de los integrantes de los comités de festejo, de los mayordomos, etc.
El mayordomo es el encargado principal de organizar y costear la fiesta, muchas veces tiene que deshacerse de sus propiedades, herramientas, animales o algún otro bien, aunque esto signifique su ruina económica. Sin embargo, ser el mayordomo de la fiesta es tomado como una distinción importante ante el pueblo, ya que le da prestigio.
En las fiestas de todos los pueblos que conforman nuestro estado, se pueden observar costumbres que datan de muchísimos años atrás. Existen cuatro cosas que no pueden dejar de estar presentes en ellas como son: la música, la danza, la pólvora y el mezcal.
Cuando una fiesta dura varios días y, si especialmente está ligada a un mercado al que llegan habitantes de los pueblos circunvecinos para realizar actividades comerciales exponiendo productos agrícolas, artesanales y ganaderos, suele llamársele feria.
Alrededor de la iglesia también se ubican puestos, principalmente de velas y veladoras, juegos de azar, juegos mecánicos, comida y artesanías entre otros.
El inicio de la fiesta se inicia con el estallido de los cohetes, el repique de las campanas anuncian el inicio de la fiesta, que generalmente es con una misa muy de mañana a la que llegan en ocasiones danzantes, quienes bailan en honor al santo al cual están celebrando.
Todavía se acostumbra, en algunos lugares, anunciar que la fiesta va a comenzar con tambores y chirimía, con músicos apostados en el atrio del templo como se hacía en la época prehispánica.
Las fiestas y ferias más tradicionales de Oaxaca, al igual que en el resto de nuestro país, forman parte de nuestra cultura y se celebran con alegría y unidad familiar.

lunes, 4 de julio de 2011

LA GUELAGUETZA

GUELAGUETZA
Sistema tradicional de ayuda mutua entre los indigenas zapotecos.En su libro Historia de Oaxaca, José Antonio Gay la define como un don gratuito que ofrecen todos los que tienen al que lo necesita y que lleva consigo la obligación de la reciprocidad.

Wilfrido Cruz hace derivar la palabra de las voces zapotecas guela, cualidad o caracteristica de algo, y guetza, cortesía o finura; de donde guelaguetza viene a ser el acto de cortesía por excelencia. A este peculiar sentido de cooperación se le llama guendalidad en el istmo de Tehuantepec, y gozona en la sierra de Júarez. Según Francisco Santamaría (Diccionario de mexicanismos, 1959), guelaguetza es, en general, el sistema de cosecha o de cualquier labor que en cooperación recíproca hacen los vecinos de una región, o bién "los obsequios y presentes que por simple cortesía o a titulo de discreta protección se hacen entre sí las familias.

LA GUELAGUETZA


En todos los casos se trata de una forma de solidaridad y cooperación que se manifiesta en ocasiones especiales: nacimientos, bodas, funerales y mayordomías. Cuando se presenta una situación de esta naturaleza, quienes reciben las aportaciones anotan cuidadosamente la indoles de los regalos para corresponder, a su hora, con presentes del mismo tipo y en cantidad semejante
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De mayor importancia es la guelaguetza aplicada al matrimonio: los bienes que recibe la pareja suelen constituir la base del patrimonio familiar, incluyendo la propia vivienda, pues a la construcción de la casa concurren los parientes y amigos, llevando unos los materiales, otros trabajando y las mujeres dándoles a todos de comer. El hombre recién casado recibe de su padre la lista de la guelaguetza, para que al convertirse en jefe de familia cumpla con la obligación moral de ser recíproco. Cuando muere un miembro de la comunidad, sus deudos son asistidos de igual manera. La mayordomía, a su vez, es la función directiva que ejerce una persona en el seno de una cofradía religiosa. Así, el mayordomo es el responsable de celebrar la fiesta del santo de la devoción de un grupo, familia o barrio. Semejante tarea, que entraña prestigio y respeto sociales, impone cargas económicas que los demás comparten.

La guelaguetza está fundada en la costumbre, en la honradez y en la buena fe tradicionales. Y, en cierto modo, también en la conveniencia recíproca. Nadie está obligado a participar en ella, pero todos la practican en virtud de exigencias y de deseos comunes.

LA GUELAGUETZA AGRICOLA
Práctica común en las regiones pobladas por zapotecos, se aplica a las labores de urgencia, en especial a la recolección de cosechas, trabajos aratorios y mejoras territoriales. Esto resuelve varios problemas habituales en el medio rural: la imposibilidad de pagar en efectivo la mano de obra, la desocupación y aun, en ciertas personas, la resistencia a realizar oficios de peones. Esto se hace en espera de ver a los demás hacer lo mismo, en provecho propio, cuando la ocasión se presente.

EL LUNES DEL CERRO

Javier Castro Mantecón (Los lunes del cerro, Oaxaca, 1969) advierte que esta fiesta tiene muy remotos antecedentes. La pequeña eminencia donde se celebra, al noroeste de la ciudad, se llamó Tamilaonayaalaoni, voz zapoteca que quiere decir cerro de bella vista, por cuyas faldas corre el río Atoyac a un lado del pueblo de Xochimilco. En ese sitio dejó Ahizotl, señor mexica, una guarnición de soldados para proteger Huaxyacac (Oaxaca), por él fundada hacia 1495. La amenidad de la tierra- sementera de flores- propiciaba las ofrendas que todos los años hacían sus moradores a Centeotl y Xilomen, diosa y dios, respectivamente, de la agricultura y el maíz, del 24 de junio al 15 de julio, y a Huitzilopochtli, deidad de la guerra, del 16 de julio al 4 de agosto. De este modo, el cerro era a la vez un centro ceremonial y una fortaleza.

Los poderes indigenas del valle nunca dejaron de reunirse, el 16 de julio de todos los años, en las faldas de la montaña. En 1700, al erigir los padres carmelitas su convento, hicieron que la mascarada popular que tradicionalmente se representaba el 16 de julio tuviera como principal motivo rendir honores a la Virgen del Carmen, cuya celebración ocurre justamente ese día.


Hacia 1930 se trató de revitalizar la fiesta con la presentación, en ella, de la danza de La pluma, y en 1932, en ocasión del IV centenario de la elevación de Oaxaca al rango de ciudad, se organizó en el Cerro del Fotín el primer festival al que concurrieron danzantes de las siete regiones del estado. Este evento ocurre los dos lunes siguientes (18 del julio) a la muerte del presidente Juárez. Los lunes del cerro se han transformado así, en un festival cívico y folclórico.

Guelaguetza tiene, pues, tres acepciones: sistemas de ayuda mutua, festival folclórico -identificado con los lunes del cerro- y celebración ocasional, ligada a un homenaje.


EVENTO UNICO EN EL MUNDO Y ORGULLO DEL FOLCLOR MEXICANO

La Guelaguetza tal como se presenta en la actualidad es una reminicencia del Hiytecuhitl Xilotl, o Fiesta de los Señores, que efectuaban los aztecas y que consistía en que todos los pueblos tributarios llevaran cada año sus productos para honrar a la tierra y a la diosa Centeotl, así como para procurar maíz y frijol barato al pueblo.

Las siete regiones del estado que participan en en los festejos del Lunes del cerro son: la de la Sierra, la de Tuxtepec o la Chinantla, la Cañada, la Costa, la Mixteca, el Istmo y la de Ejutla, que cierra la gran fiesta con la vistosa y señorial Danza de la Pluma, viejo ritual que recuerda la época de la conquista ya que en ella toman parte, Moctezuma, la Malinche, Cortés y sus soldados, y todo el baile es una escenificación de la caída del Imperio Azteca. En la actualidad, solo participan los danzantes indigenas ejecutando una cuadrilla o vals, sin que aparezcan Cortés, la Malinche y los otros personajes.
LA GUELAGUETZA-GOZONA-CONCLUSIÓN
Implica obsequiar diversos artículos o productos según la ocasión. Es un compromiso de unidad, solidaridad y reciprocidad que nos distingue como oaxaqueños. La gozona llevada a la práctica es ayuda mutua, es cooperación, hoy por mi mañana por tí, sin pago o remuneración económica de por medio.
LA GUELAGUETZA EN EL PLANO INTERNACIONAL
Se considera simplemente como la "muestra del florido folclor oaxaqueño a través de sus bailes más representativos". A nivel nacional no varía mucho tal concepción; más aún, en nuestro propio estado de Oaxaca se sigue difundiendo tal idea

AUDICION DE BANDAS

AUDICION DE BANDAS
EN SAN ANDRES SOLAGA
En la sierra Juárez cada pueblo cuenta con su propia banda de música que se reúne para las ocasiones especiales para abrir los causes de las notas y sonidos y deleitar a los habitantes del pueblo. Estas bandas están para tocar en todo tipo de eventos lo mismo para los afortunados que para los desafortunados, música para la vida y música para la muerte, para los momentos alegres los sones y jarabes, para bailar hasta sudar y para los momentos tristes las marchas fúnebres y uno que otro bolero para escuchar hasta llorar.
Uno de los números más atractivos en la programación de las fiestas principales de los pueblos de la sierra, es la participación de las bandas de música, que llegan en numero de dos, tres, cuatro o hasta cinco bandas para amenizar la festividad, algunas de estas bandas van por contrato, otras mediante la practica tradicional conocida como gozona (hoy por mi mañana por ti), y algunas en plan de promesa, estas bandas arriban el día de la matanza (día en que se matan las reses que se han de consumir durante la fiesta), al arribar cada contingente, se lleva a cabo la ceremonia de bienvenida con cada uno de los grupos, con un discurso en riguroso zapoteco con traducción al español a cargo de las alumnas y alumnos de las escuelas comunitarias del lugar, vestidos estrictamente a la usanza tradicional de la población, al terminar este acto se dejan escuchar las dianas tanto de la banda local como por parte de los visitantes, para enseguida ejecutar una marcha y encaminarse hacia el centro de la población, en donde visitan la iglesia y después se dirigen hacia el Palacio Municipal para presentar sus saludos al Presidente Municipal. Entre la tarde y la noche de ese día se organiza la tradicional calenda, que es un recorrido que inicia en el atrio de la iglesia, y tiene el propósito de convocar a la comunidad con bombo y platillo a integrarse a la fiesta, recorriendo los principales barrios del pueblo, encabezan esta marcha las bandas de música presentes, las marmotas (muñecos o gigantes de calenda), los coheteros van señalando el camino que deben seguir para detenerse en los parajes más importantes de la población y ejecutar los acostumbrados sones y jarabes, para que todos aquellos que quieran bailar bailen, lo típico es el baile en parejas, aunque hay quienes bailan suelto, como es el caso de las mujeres y niñas que llevan canastas con flores en la cabeza, estos paseos culminan en horas avanzadas de la madrugada.
En la víspera a media mañana las bandas toman sus lugares en los espacios dispuestos para ellos en los corredores municipales y empiezan con su música a amenizar el día, si hay jaripeo se coordinan para acompañar con la música adecuada (música de toros) este evento, en tanto que otros acompañan con la música correspondiente las danzas típicas. Por la noche (de la víspera) las bandas interpretan algunas piezas ya preparadas para la ocasión, desde los danzones, pasando por arreglos de música popular como los boleros, hasta llegar a los sones y jarabes, para acompañar la quema de los juegos pirotécnicos como son: los toritos encuetados, el castillo, las bombas japonesas y la cascada de luces, al terminar empieza el baile popular gratuito.
En el día principal inicia la actividad de las bandas ofreciendo las tradicionales mañanitas en la iglesia, para después continuar con el programa del día. Al caer la tarde se lleva a cabo la audición de bandas, en la plaza principal se reúnen las bandas presentes, previo acuerdo de sus directores inician el programa, cada una en el más estricto orden ofreciendo lo mejor de su repertorio, cada banda tiene la oportunidad de ejecutar tres temas (dependiendo a veces de las condiciones del clima y el tiempo) normalmente de manera alternada, esta dinámica les permite abordar diversos géneros y nos da la oportunidad de escuchar algunas relajantes oberturas de maestros europeos, que se van alternando con los temas de los más notables compositores regionales Mixes y Zapotecos, hasta llegar a los clásicos populares nacionales; para cerrar el programa, tocan de manera conjunta el Himno del Estado Dios nunca muere, del ilustre músico oaxaqueño Macedonio Alcalá.
La audición o encuentro de bandas, es hasta para el más distraído una competencia no declarada, y esto permite al público que es el mejor juez, calificar cada participación con sus aplausos, lo que hace la diferencia.
Cuando una banda adquiere el compromiso de participar en una festividad (exceptuando a las bandas infantiles), los responsables de esta se dan a la tarea de revisar sus filas para cualquier eventualidad, sección por sección, ven sus carencias y se ponen a buscar en el mercado de músicos, un fenómeno bastante común en el medio ante la falta de elementos para integrar una banda completa, como consecuencia de la migración, músicos con algún dominio del oficio se ofrecen para reforzar bandas tarifando su trabajo según el esfuerzo o el grado de dificultad que reviste la ejecución de su instrumento, esta situación por lo tanto no nos permite tener una idea del verdadero nivel de la banda representativa de un pueblo, ante este tipo de arreglos.
La fiesta concluye para las bandas, al quinto día de su llegada, después de los agradecimientos correspondientes la banda local interpreta algunos sones y jarabes para que los músicos que se van, bailen con las mujeres de la localidad, y poco a poco el pueblo vuelve a su tranquilidad habitual.

EL JARIPEO RANCHERO

EL ESPECTACULO MAS VISTO
Hombres hay (imprudentes) que montan para emocionar a las mujeres, la novia, la amiga o para atraer la mirada de las mujeres solteras o casaderas y una que otra viuda o casada sin marido al alcance desde luego, estos jinetes por querer apantallar caerán irremediablemente entre las patas del toro, para deleite del público, delirio de las damas y angustia de sus familiares.
Jinetes hay que parece que nacieron pegados o clavados al toro, el secreto está en afirmar las piernas sobre el ceñidor que sirve para ajustar los pies y este impulso resta algo de movilidad al toro, es la maña que se adquiere con la experiencia y eso le permite al montador hacer alardes, como el gesto de alzar los brazos, recostarse sobre el toro o en algún momento ponerse en posición horizontal, manteniendo la seguridad de la monta con la presión de las piernas, como ejemplo tenemos en Solaga al hoy veterano Silvano Ojeda, pero también hay montadores de este estilo, de Tavehua, Xochistepec, Yalina, Yaganiza, Tabaa, Yojobi, etc.
Últimamente han participado toros de otros pueblos en el jaripeo de Solaga, han ido de San Pedro Cajonos, Zoochila, Tavehua, Yojobi, Camotlan, El Porvenir, entre otros; algunos de estos toros han destacado por su bravura, como el toro palomo de Zoochila, el canelo, bello ejemplar, el chopa nola (dos mujeres) o el místico.
Para apoyar la actividad del jaripeo se requiere de la participación de un grupo de vaqueros que son nombrados en asamblea, además del apoyo voluntario de aficionados que se encargan de ir al campo por los toros de la localidad y conducirlos al evento y después regresarlos a su sitio.
En la fiesta en honor a la virgen del Carmen, en julio de 2009, se estrenó (como parte del programa ecologísta instaurado en el pueblo),un corral de estructura tubular de metal que vino a reemplazar el tradicional de palos o troncos que propiciaba la tala inmoderada de arboles, este sistema viene a revolucionar la práctica tradicional y a proteger los bosques, se puede reciclar e incluso se podrá rentar el corral prefabricado a otros pueblos que no cuentan con bosques y por lo tanto no han tenido la fiesta del jaripeo. Este corral cuenta con una especie de jaula que se conoce como el cajón de los sustos permite la variante en el estilo de monta, se diferencia de la monta tradicional ya que aquí ya no se amarran los pies del jinete, con el ceñidor, el jinete simplemente se prepara, se persigna, toca el lomo del toro y se deja caer sobre el animal aferrandose de los arillos y se abre la puerta, ahora se sostiene con la pura presión que ejerce sobre el cuerpo del toro, el chícharo gritón cuenta, uno, dos, tres, y poniendo pelos de punta al público, cuando cae el jinete dice: quítenselo, quítenselo, y si es un toro bravo y baja alguien a torear, el chícharo sigue haciendo lo suyo y dice: este sí tiene cachos señores, este torero sí tiene cachos y los toreros ya con los estragos de los tragos y animados con la música de banda, bien machos, casi se ponen sobre los cuernos de los toros, el torero de la mochilita (Gaspar, de Yojovi) no suelta la mochilita, que traerá en esa mochilita que no la deja, no la sueltes compadre, cuidado, cuidado, no cabe duda, la suerte está de su lado, se ha salvado de varias cornadas. Viene Saúl que tanta gloria ha dado a Solaga, ha sufrido algunos percances, pero sigue de temerario como siempre, da un pase y da otro y la libra, baja Maurilio Cruz, veteranazo, hace muy buena faena, viene la diana y así en un clima de algarabía se desarrolla el jaripeo en San Andrés Solaga, Oax.
Con motivo de las fiestas patronales del mes de noviembre de 2009, se agregó al programa y por primera vez en la población, el jaripeo nocturno, lo cuál permitió una mayor concurrencia de la población a este evento, ya que a esa hora la gente se ha desocupado un poco de sus actividades habituales en casa. En esta ocasión estuvo animado con la destacada participación de Las Azucenas, dueto acompañado de la Banda brillante, quienes deleitaron al público con éxitos rancheros de todos los tiempo. El jaripeo nocturno ha logrado dejar un buen sabor de boca en el público, por lo que no dudamos que este número pasará a formar parte del programa de futuras festividades.
En las proximidades de la fiesta se realiza la asamblea comunitaria para ultimar detalles en relación con la misma. La autoridad exhorta a los ciudadanos que cuentan con ganado, a que acerquen a sus animales a los terrenos cercanos a la población, buscando de esta manera un poco más de colaboración con los vaqueros a quienes de paso manifiesto mi agradecimiento y respeto, ya que su tarea no es nada fácil, por lo mismo en los últimos dos años se ha exaltado su labor en homenajes simbólicos que se han realizado antes de dar inicio al programa. En general la mayoría de los ciudadanos se muestran sensibles a este llamado, quienes no se ajustan a la recomendación, se hacen acreedores a una sanción. Les refiero de la pagina de mis recuerdos, que me tocó ver en algunas ocasiones que algunos paisanos apáticos o eternos aburridos preferían alejar a sus toros, argumentando que eran maltratados en el corral y algunos por razones que los animales no entendían o simplemente porque no compaginaban con la idea de estimular su estado anímico de vez en cuando para romper con la vida rutinaria. A veces desconcierta la falta de curiosidad que denota este acto ante el espectáculo de la vida.
Quienes participan en este evento, salvo algunas pocas excepciones, en su mayoría son adeptos o adoradores de Baco (dios del vino de los antiguos romanos). El corral tiene una zona o lugar para soltar los toros, a un costado de la galera, en este sitio se colocan los cartones de cervezas y las botellas de mezcal a un lado del hidrante de pared por si alguien prefiere agua simple o para los gorrones o mirones, y todo lo necesario para el ritual del jaripeo, los lazos, las cobijas, los petates, a quien llega lucido o sobrio se le ofrece un (yohuechazo o un tobalá) trago de mezcal para matar el nervio (miedo) y para darse valor por si le falta, después de torear o montar se regala a los participantes una copa o una chela.
Tal vez para irme acostumbrado a la vida del campo, un día mi abuelo me compró una yunta de bueyes, ambos eran pintos, blancos con manchas negras, el dominante tenía por nombre Tigre y el otro Galhan, en vísperas de la fiesta los acercaba a una distancia como de 500 metros de la población y casi siempre eran los primeros en entrar al corral, el toro galhan nunca se dejó montar, pataleaba, se retorcía,se tiraba, hasta quedar patas hacia arriba, total que acababan soltándolo con el puro cincho, ambos fueron manzos, el tigre si lo montaron, a veces daba vueltas tratando de tirar al jinete, en una ocasión lo montaron entre dos canijos, “el tigre” Bardomiano Arce (bard rhiz)montando el tigre, en un descanso del toro se dejó caer el finado othón García (egla) sobre el animal abrazandose de “el tigre” y así se mantuvieron de trenecito un buen rato sobre el tigre, haciendo las delicias del público, no he vuelto a ver algo así últimamente.

LA FAMA DE LA LOMA


 DE DONDE VIENE LA FAMA



 
La loma conocida así popularmente por los habitantes del pueblo de San Andrés Solaga, nace a un costado del Río Progreso, que sirve de colindancia a Solaga con el territorio de Yalina y Zoogocho, por la zona de la mina, esta elevación se acentúa en la parte que ahora conocemos como La colina, para bajar de nivel en la parte que ocupa el panteón municipal y vuelve a subir por el lado del Bachillerato Integral Comunitario (BIC), que colinda con la Escuela Primaria. Quien llega de la ciudad capital del estado a la comunidad, arriba por el lado poniente del pueblo, la primera parada del autobús es en el crucero que forman las calles de Progreso que conduce hacia el centro de la población y la calle Balachila (en honor al fundador del pueblo) que recorre toda la loma hasta extinguirse por el Barrio de los Remedios, a la izquierda hay una casa tipo residencial con balcón y barandal y del lado derecho, dividido por una explanada que sirve de recepción a los visitantes, se localiza La escuela primaria con su cancha de básquet, que se ubica en donde antes estuvieron las primeras aulas de la escuela primaria.
La residencia que hoy vemos en la esquina es propiedad del señor Emiliano Salvador y se trata de una edificación reciente, vino a reemplazar una antigua casa de adobes y tejas que ocupaba solo la parte del fondo del predio y contaba con un patio tipo terraza por la elevación del terreno, rodeado por una cerca de nopales. Era la casa de don Alfonso Sánchez, artesano, fabricante de canastos, de bejuco. Este patio era el sitio de reunión cuando ocurría algún acontecimiento relevante que venía a alterar la vida cotidiana de los vecinos, la llegada de algún visitante distinguido que llegaba de la ciudad capital, algún camión en los años sesentas, sobre todo en vísperas de alguna festividad, el arribo de alguna banda de música o simplemente para observar la ceremonia cívica de la escuela primaria los días lunes. Paso obligado de los arrieros de los pueblos cajonos, quienes hacían escala en Solaga, en camino a la plaza de Talea y los pueblos del rincón, algunos se hospedaban en la casa de don Alfonso, hombre solitario nunca le conocí mujer, era físicamente de complexión robusta, de parpados y labios caídos, nariz chata, chaparrito, cojeaba un poco, así era don “bonch”como le conocíamos sus amigos cariñosamente, de vez en cuando preparaba tepache y regalaba a los amigos, otros viajeros se quedaban en la casa del sr. Felipe Salvador, cuya esposa siempre tenía la olla de café lista para esas visitas esperadas, los animales de carga burros, caballos y mulas, quedaban amarrados a los costados del camino.
El sr. Felipe era alto, delgado, de rostro anguloso, tenía múltiples habilidades que yo recuerdo, era mecatero, en algunas ocasiones por diversión le ayudé a dar vuelta a la manivela del torno que va torciendo el ixtle para formar el lazo, en otras ocasiones lo observé como carnicero, mataba y descuartizaba reses y puercos, castraba ganado, preparaba la barbacoa de borrego al horno, con el chintesle (pasta de chile guajillo y chile onza rojo con ajo), hojas de aguacate y las pencas de maguey, hacia adobes y tenía horno para fabricar tejas y tabiques rojos, esos eventos convocaban a la gente para platicar y ver el proceso de cocimiento de la tierra, fue distinguido maestro de danza y además músico, para acompañar sus danzas ejecutaba la flauta, el clarín y el tambor, para danzas regionales como los negritos, san marcos, malinches, entre otros, él mismo tallaba las mascaras para los danzantes; su fama trascendió, al ser contratado por otras comunidades, para desarrollar sus danzas, en las festividades de estos pueblos.
Para acompañar el café ahí mismo se localiza la zona de los panaderos con sus hornos de leña, los panes más buscados eran y siguen siendo hasta hoy los de Silvina y su cuñada Nieves, preparados en horno tradicional, la segunda opción era la casa de don Luis, con los panes de doña chona y doña Inés y de ahí a la casa de don Pedro Sánchez y su señora Nieves que también se dedicaban al pan, don Pedro fue también un notable maestro de danza, entre otras puso la danza de la sota y los huenches nenes.
En este barrio también se ubicaban los mejores peluqueros del pueblo, Eutimio y Gregorio Enriquez (el popocha), el interior de su peluquería estaba tapizada con recortes de periódicos deportivos, con fotos de boxeadores de la época como: Efrén "el alacrán" Torres,Ultiminio Ramos, Vicente Saldivar, "el Kid" azteca, el Ratón Macias, canelo Urbina, entre otros. El casquete corto era la especialidad de la casa, en la espera se podían hojear revistas y periódicos deportivos atrasados y alguna fotonovela.
Hubo algunos que cultivaron la amistad de don Fermín Hernández (mesh), su esposa Victoria preparaba deliciosos caramelos de los que se conocen como “charamuscas” una combinación de panela derretida y pepita molida, a él se le facilitaba narrar historias, tenía mucha fantasía para los relatos, su tema favorito era la cacería, con sus lentes de aumento casi en la punta de la nariz, se la pasaba limpiando y aceitando su rifle calibre 22, con el cual había cazado todo tipo de animales voladores y de cuatro patas, de sus dos hijos varones, Pánfilo y Abel, el primero se casó con una de las hijas del señor Tiburcio Martínez, Marcelina Martínez y se distinguió como el mejor cazador del pueblo por algún tiempo (donde ponía el ojo ponía la bala), además de ser maestro albañil, trabajó el campo y destacó como un excelente torero haciendo pareja con Demetrio Miguel y buen jinete para el jaripeo, dándose a conocer también como un buen jugador de básquet, resultando campeón canastero en varios torneos, el otro hijo se dedica actualmente a la herrería.
La señora Petrona vendía dulces y petróleo, al parecer acumuló cierta cantidad de dinero que dejó caducar, tenía dos hijos, Adela y Héctor de quien recuerdo que se dedicaba al pastoreo de ganado, y después, empezó a recibir encargos para tallar los yugos para la yunta de bueyes, también preparaba las correas (coyundas) para uncirlos al yugo, hacía los arados, soldaba los casos de lamina que servían para el cocimiento del jugo de caña en la preparación del melado para la panela o piloncillo, tallaba los moldes de madera para servir el melado y resultó además plomero y electricista y está casado con "maty" la mejor pastelera de la comunidad.
Rodeaban las casas de estos vecinos la casa del señor Tiburcio Martínez (1893-1989), (Tiburs shep), uno de los hombres notables y respetables del pueblo, “boch” como le llamaban los amigos, gozaba de un gran sentido del humor, vacilaba a propios y extraños. De joven salía a recorrer sus dominios a caballo blanco, hombre trabajador, supo aprovechar las condiciones benéficas del clima en la región, tierra caliente, templado y frio, cultivó el maíz, la caña, el café, calabazas, chilares, entre otros, dio trabajo a mucha gente tanto del pueblo como de pueblos vecinos. Hombre entusiasta don Tiburcio incursionó en el campo de la música, llegó a tocar el clarinete y tocó hasta que se cansó, a los setenta años, en su último gesto por la música decidió donar su instrumento a la banda de su pueblo, trató a músicos de la talla de “Chuy” Razgado y Diego lnnes, cuando este era director de la banda del estado. De carácter sociable salía a caminar por el camino principal y saludaba a toda persona que pasaba por ahí, preguntando nombre y origen a los extraños, casi siempre acababan pasando a la casa, lo que a veces contrariaba a la abuela “Chayo”, el abuelo solo decía échenle más agua a los frijoles, hizo de este modo una gran cantidad de amigos, después de diez años de muerto todavía pasaban a preguntar por él. Tuvo dos casas en el mismo barrio y tuvo seis hijos, tres mujeres y tres hombres, uno de ellos heredó una de las casas, Aniceto Martínez (Nicet shep), quien se distinguió por sus atinadas ideas que contribuyeron a transformar al pueblo en muchos sentidos, sus otros hijos salieron del pueblo en busca de mejores perspectivas de vida, y la otra casa la habitan esporádicamente.
Las reuniones de los hombres otoñales, siguieron en el patio de don Ildefonso, ocasionalmente salía el frasco de mezcal, para animar aún más la platica, aunque la mayoría era de dos o tres copas, en realidad era solo para entrar en calor en un paraje donde "sí hace aire". Los recuerdo en el ocaso de su existencia, en esas pláticas interminables, se había integrado un nuevo vecino el señor Pedro Ferra, estaba también el señor Agustín Miguel, Pedro Sánchez y como siempre hacia acto de presencia el señor Luís, de oficio ovejero, esposo de la señora Inés, con su inseparable capa de piel de borrego en la espalda, tal vez para evitar el enfriamiento, y tal vez por lo mismo el señor Alfonso no descuidaba el trabajo, el señor Felipe y don Tiburcio se ocupaban de sacar la plática a quienes circulaban por ahí, algunos les preguntaban, qué están haciendo, y don Tiburcio contestaba, aquí viendo a ver por donde viene patas flacas (nhia lhas) con el humor que le caracterizaba, desde su ubicación tenían la vista del panteón, solo los separaba la zona escolar. Así vivieron hasta que un día la huesuda se decidió después de tantas provocaciones y fue llevándose a uno por uno hasta acabar con todos ellos, y la casa nunca volvió a ser lo que era, quedó por algún tiempo en el abandono, hasta que el señor Emiliano Salvador decidió transformar el lugar construyendo una nueva casa que hoy podemos apreciar.
Mi estancia en el pueblo duró hasta los trece años de edad, en que decidí tomar el camino de la migración y ya no pude heredar las glorias que mi abuelo me ofrecía, a pesar de que me hablaba de la tierra generosa, que como una mina ofrecía tesoros que con un poco de aplicación correspondía generosa a quien la cultivaba. Opté por la salida más simple y de ese modo renuncié al compromiso de contribuir a seguir dando lustre a la dinastía de los Chepi, tal vez la falta de experiencia me llevó a tomar una decisión precipitada.
Abajo: foto de el sr. Tiburcio Martínez a los 92 años

EL TRAJE TIPICO EN SAN ANDRES SOLAGA

TRAJE TIPICO
En el pueblo de San Andrés Solaga (del cual me ocuparé en este brevísimo artículo), no he encontrado suficientes elementos para documentar el tema del traje tradicional, tanto para las mujeres como para los hombres. La idea de escribir sobre el tema se me ocurrió en ocasión de una visita que hice a La Presidencia Municipal, ya que en la oficina anexa que ocupa el secretario municipal, me encontré con dos cuadros que enmarcan momentos que considero importantes en la historia del pueblo, se trata de “FOTOGRAFIAS” en blanco y negro, de la década de los cuarenta y cincuenta (reproducciones lamentablemente), de cuando se inauguró el “Mercado Democracia” y la inauguración de “La Escuela Primaria Guillermo Prieto”, evidencias que muestran aunque sea vagamente algunos aspectos muy importantes de la forma de vestir de la gente del pueblo, la mayoría viste de blanco, se divisan mujeres con largas trenzas y hombres con sombreros de grandes alas, como los que se ven actualmente en las celebraciones de las fiestas patrias, en una época en que la fotografía no estaba al alcance de todos, la foto del mercado nos permite ver el emplazamiento del kiosco en el centro del patio municipal, ojalá estas fotos no sean ejemplares únicos
Oaxaca es uno de los estados con mayor variedad y riqueza en indumentaria tradicional.
Del traje típico se puede decir que se caracteriza por ser utilizado por un grupo de individuos que constituyen una entidad diferenciada dentro de una sociedad y que consolidan su diferenciación, entre otros hábitos, con un traje marcadamente distinto al generalizado en la sociedad.
Con frecuencia se suele fijar un origen remoto sin precisar, a la indumentaria tradicional, ya que es poca la información con que se cuenta acerca de su evolución y hoy solo nos toca ser testigos de su extinción.



Los materiales textiles que utilizaban los aborígenes de Mesoamérica eran las fibras de agave y de algodón, aquellas para el atuendo de la gente común y éstas para la vestimenta de las clases altas. El aparejo para tejer era el telar de cintura. Los hombres usaban maxtlatl o taparrabo, un lienzo largo y angosto que se ceñía a la cintura, se pasaba entre las piernas y se anudaba al frente; la tilma, un rectángulo de tela que cubría la espalda y se llevaba en el hombro o sobre el pecho; y el xicolli, túnica que llegaba hasta el suelo. Las mujeres se cubrían de la cintura a los pies con el chincuete (enredo, lío o refajo), simple tira de tela que se enrollaba al cuerpo, muy entallado o formando pliegues; y el torso con el huipil, formado por dos o tres lienzos cosidos, con aberturas para el escote y los brazos. Unos y otras calzaban huaraches o sandalias.
Los españoles aportaron la lana, la seda, el telar de pedales y la confección. En la época virreinal, los indígenas empezaron a usar calzón, camisa, ceñidor y sombrero. El rebozo llegó a ser una prenda de uso común entre las mujeres durante el siglo XVIII; en algunos lugares los hombres sustituyeron la tilma por el gabán de lana; y por obra del mestizaje surgieron los atuendos que perduran en el país como tradicionales.
En la actualidad el traje tradicional se utiliza para preservar rasgos culturales, en desuso o tendientes a desaparecer.
En La Sierra Juárez, aunque hay elementos que se repiten en la indumentaria regional, se pueden encontrar semejanzas y variantes en muchos aspectos, entre otros tenemos: los tocados, tejidos, adornos, el grosor, diseño y los colores también hacen las diferencias de una comunidad a otra.
La expresión popular en el pueblo de Solaga, se ha ocupado de resaltar en el caso del indumento femenino el huipil blanco de algodón grueso, cuyo diseño en T es semejante al vestido de las yalaltecas, es holgado por los cuatro costados, en cuello V, de mangas cortas y abombadas al codo, a diferencia del vestido yalalteco, también holgado, que se muestra de una sola pieza desde el cuello hasta las rodillas, el vestido de la solagueña lleva el refajo o faldón que puede medir desde cinco metros de ancho, esto según la talla o el volumen de quien lo porta, que cubre el huipil de la cintura hasta los tobillos, quedando de ese modo parte de la prenda superior en el interior, haciendo las veces de fondo. Otro accesorio importante es el ceñidor tubular de petate (soyate de cintura), para sostener el faldón, que tiene una extensión de ceñidor de lana en color rojo que contribuye a resaltar aún más la elegancia del traje. Así también se añaden como accesorios, los collares de cuentas rojas y unos grandes aretes.
En la ornamentación del traje femenino el bordado tiene un papel preeminente, predominando para estos motivos el “hilo vela”, hilo de algodón, en acabado mate y de rayón, en acabado brillante. Las figuras más recurrentes para el decorado son florales y vegetales, así como ramas y tallos, en llamativos colores como el rojo, dorado, azul, verde, ocre, sin un significado especifico concreto, aunque con alguna frecuencia se busca la relación entre el color de los bordados con los colores de la naturaleza, se puede asociar el color rojo con las flores y por extensión a la primavera, el verde se relaciona con el paisaje, el dorado con el sol y el día, al azul es el color del firmamento, siendo el ocre, el color de la tierra. Como complemento de este indumento se añade el rebozo blanco que antes se fabricaba en la misma población, ya que ahora los proveedores de esta prenda son los yalaltecos, en contraste con el blanco, el rebozo puede llevar algunas líneas cruzadas, en colores que hacen juego con el vestido. Asimismo, hay que citar los huaraches también procedentes de la población de Yalalag, estos son conocidos como sandalias, con dibujos recortados en forma de mariposas, flores o patitos, para que resalten tienen de fondo, terciopelo verde, rojo o amarillo. Este tipo de calzado vino a remplazar el calzado del tiempo de las abuelas que era tejido en ixtle con taloneras y con suela de cuero (cacles).
Ante el progresivo abandono de la indumentaria tradicional, ahora se acelera la simplificación de la prenda. Un ejemplo es la variante del huipil, como una blusa corta de color blanco, tela ligera, bordada no tan profusamente como el huipil, en cuello redondo, de sus costados penden dos cintillos para ajustarse a la espalda. Esta prenda se combina con cualquier prenda inferior, comúnmente un pantalón; esta moda entre las jovencitas, viene a ser el vestigio de lo que fue el traje a la usanza, y se usa en ocasiones especiales, como uniforme en: ceremonias cívicas y fiestas religiosas o fiestas comunitarias en general. Lo que da una visión distorsionada de la realidad, en la que el traje se presenta casi como un disfraz.
Aunque a ser sinceros una blusa de estas características ha sido la variante entre los indumentos de las preferencias de algunas mujeres del pueblo de Solaga, sin embargo no es privativo de la población, ya que sin ser exactamente igual tiene mucha semejanza con las blusas que combinadas con la falda de tela mascota azul en cuadro chico, podrían ser prendas representativas de las mujeres de poblaciones cercanas a Solaga, como: Zoogocho, Tabaá, Yojobi, Tavehua, entre otros.
TRAJE MASCULINO
El traje tradicional del hombre presenta en la mayor parte de la región, afinidades, como son: calzón o pantalón de manta común o algodón grueso (dril) y de lino, mi abuelo prefería el lino para sus camisas y el dril para el pantalón, ambas prendas de color blanco, se complementan con huaraches de cuero, sombreros de palma o sombreros de lana de color negro que durante la primera mitad del siglo, fabricaba el señor Modesto Gonzalez, único sombrerero que recuerdo. El señor Alberto Rivera usaba el pantalón blanco con bastilla de cintitas para ajustar al tobillo, y por calzado usaba huaraches del tipo pata de gallo, el señor Crispín Bautista usó el pantalón blanco hasta sus últimos días. Desde finales de los años sesentas, también se encuentran en el mercado los sombreros de plástico. Para la época de frío, sobre los hombros descansa el gabán, preferentemente de color negro, pero también se fabrican en lana café o blancos, también hay matizados en diferentes colores. Para calzar, en la actualidad se prefieren los huaraches con suela de llanta de una sola correa, de los yalaltecos, siendo estos los más acreditados de la región. Antiguamente existió en Solaga un huarachero de nombre Paulino Andrés, él era quien cubría la demanda de la población, sin embargo al morir ya no hubo quien le remplazara; es por esa razón que ahora los solagueños (hombres y mujeres), se surten en el mercado de Zoogocho, los días jueves de plaza.
En la actualidad hay una comunidad de solagueños radicados en el extranjero, que han iniciado una revaloración de las tradiciones populares, en lo relativo a la indumentaria, la música y la danza, ¡enhorabuena!.
Aquí presento una relación de nombres de mujeres solagueñas que portan en la actualidad y de ordinario el traje típico del pueblo.
Angeles Bautista
Albina Chavez
Calixta Bautísta
Carmen Vargas
Carmen Gregorio
Dolores Gregorio
Eleoteria Hernández
Francisca León
Francisca López
Herlinda Gonzalez
Isabel Velasco
Juana Valentín
Lucía León
Ma. Antonia Gabriel
Martina Arce
Margarita Gertrudis
Matilde Cabrera
Ma. de la Luz Andrés
Paula Nolasco
Petrona Matías
El MAP Museo de Arte Popular,  inauguró el 24 de abril de este año, una exposición temporal con el titulo de Vestidos de Tradición, Por amor a México de col. particular. Es una colección de trajes de 60 etnias de los 32 estados de la Republica Mexicana, vale la pena visitarla. Son más de 500 muñecas vestidas y peinadas a la usanza de los pueblos indígenas, 300 de ellas son de talla natural y el resto son muñecas de pequeñas dimensiones. La inauguración fue amenizada por la Banda de Tlayacapan, Morelos, probablemente la banda más antigua de México, con una antigüedad desde 1870. La exposición estará abierta al público hasta el 1 de agosto del presente.
LA SOLAGUEÑA DIGNA Y ORGULLOSA EN EL MAP.

EL TEQUIO


Del náhuatl, téquitl-trabajo o tributo.

El tequio es obligatorio y no remunerado siendo sus actividades principales la construcción y conservación de las obras que pertenecen a la comunidad, antiguamente tenía que ver con la actividad agrícola, para recaudar fondos para el pueblo, como una característica de la sociedad indígena.


Es una forma organizada de trabajo colectivo, consiste en que los integrantes de una comunidad deben aportar materiales o su fuerza de trabajo para realizar o construir una obra comunitaria, por ejemplo: para construir o reconstruir edificios públicos, carreteras, una escuela, la iglesia, un pozo, la limpieza del panteón, limpieza de caminos, límites y colindancias. Siendo así un componente importante del sistema de usos y costumbres que norma la vida comunitaria.

A un aviso de la autoridad por medio del toque de campanas, los ciudadanos acuden para recibir instrucciones.



En la actualidad ya solo una parte de estas actividades se desarrollan por medio del método tradicional de usos y costumbres, esto se debe a que los proyectos que se desarrollan en los pueblos tan necesarios para su progreso,no cuentan con la mano de obra suficiente para su construcciòn a causa de la migración, esta situación ha llevado a las autoridades de común acuerdo con el pueblo a contratar a compañías o empresas constructoras para que se hagan cargo de las obras.

Abajo: Reconstrucción de la iglesia en San Andrés Solaga, Oax.

Palacio Municipal de San Andrés Solaga (década 1980)







LA MUSICA DE BANDAS PUEBLERINAS

 LA MÚSICA DE BANDA DE PUEBLO
Este tipo de música que aún se conserva en algunos estados del país, tiene su origen en las bandas militares tan populares en Europa en el siglo XIX.
La afición por esta música se incrementó en México durante la intervención francesa. Maximiliano de Austria llegó acompañado de dos bandas, una de estas de carácter sinfónico ofrecía conciertos en la alameda y en el zócalo de la ciudad. En su repertorio incluía obras de Mozart, Beethoven, Weber y Wagner, que por primera vez se escucharon en México. A la restauración del gobierno de Benito Juárez, vino un impulso por las bandas militares que se fue extendiendo hacia los pueblos que se dieron a la tarea de organizar las primeras bandas pueblerinas, que poco a poco fueron adquiriendo sus propias características en cada estado, el acento regional que vino a ser la diferencia entre unos y otros, es atribuible a la creatividad de los maestros compositores y arreglistas de cada estado
Con la consumación de la Revolución Mexicana llegó la consolidación de las bandas, este movimiento que tuvo tanto arraigo en algunos estados, como: Puebla, Oaxaca, Morelos y Michoacán, entra en crisis con el inicio del fenómeno de la migración y que ha venido en aumento en las ultimas décadas, repercutiendo esto en la extinción de algunas prácticas tradicionales, como las lenguas y la música, a causa del abandono.
Hoy algunos hijos de los emigrantes a instancias de sus padres están celebrando una batalla desigual contra el tiempo tratando de mantener lo insostenible, en un terreno no abonado para su causa, se han organizado en grupos, principalmente en los Estados Unidos, para seguir practicando este tipo de música en un contexto cultural totalmente diferente al de sus padres, en un medio en donde los géneros musicales son diferentes a los intereses de estos, y esta situación los ha llevado a ser inconstantes en el propósito que tienen de integrar una banda, al estar bombardeados por los diversos medios electrónicos que promueven la música comercial y otro tipo de bandas.
La misma situación se repite en el panorama musical nacional, tanto los musicos aficionados como algunos estudiantes de raíz indígena de las diferentes escuelas de música establecidas, concientes del significado que tiene esta práctica, como un legado que ha llegado a sus manos, en tanto les llega la oportunidad de ocupar una plaza en alguna orquesta preferentemente importante, se reúnen en sus horas libres para formar bandas y ejecutar la música regional, ya sea para animar un evento de tipo familiar como: una boda, una fiesta de quince años, un cumpleaños, un funeral o bien un evento comunitario o de caracter político. Esta actividad que les genera algún apoyo de tipo económico, les permite a la vez mantener con vida, lo que para algunos especialistas está condenado a la extinción en algunas regiones del país en unos veinte años, según sus propios vaticinios.