domingo, 20 de diciembre de 2015

     EN ESTE MUNDO NO EXISTE NINGUNA VERDAD ABSOLUTA

Una máxima filosófica indoamericana es: “Yo soy tú, tú eres yo” que nos habla de que todos somos hermanos.
Pocas capitales hay en el mundo con un contenido cultural como Oaxaca, resultando ahora más un pedazo del mundo que una ciudad.
En Oaxaca los pueblos originarios tienen como peculiaridad, la capacidad de adaptarse a su entorno y vivir en armonía con sus semejantes, logrando de este modo preservar en mayor o menor medida las costumbres y tradiciones de sus antepasados.
La mayoría de las etnias mantienen su identidad étnica, el idioma y los valores culturales ancestrales aún fuera de sus comunidades, en las grandes ciudades y más allá de las fronteras.
En los últimos meses hemos visto que los pensamientos de envidia y posesión se han apoderado de algunos hermanos que equivocadamente suponen que un zapoteco puede despojar a otro zapoteco de su cultura, sin darse cuenta que la embestida de la cual nos debemos de cuidar viene del exterior.
Los zapotecos tenemos una gran variedad de prácticas que hemos venido compartiendo desde tiempos remotos, empezando con la lengua y sus variantes, la religiosidad, de la cual hemos experimentado cambios en la manera de vivir y entender, la vestimenta tradicional que cada día incomoda más a la gente joven y de ahí que ya no se use de ordinario, hoy los jóvenes se arreglan para entrar en comunicación con otros grupos; lo mismo pasa con la comida, tenemos en común diversos platillos, cada pueblo le va haciendo los cambios necesarios ajustándolo a su gusto sin que esto sea considerado un atentado hasta hoy; en el caso de los bailes regionales el desenvolvimiento es libre, para las coreografías armadas se requiere del acoplamiento, el baile nos permite libertad de ejecución, permite el adorno y nos permite ser nosotros mismos, hay tantos adornos como personas, sin omitir el estado de animo de quien lo ejecuta. En el caso de la cultura musical, esta práctica también viene sufriendo el impacto del mercado global que lo guía a nuevas tendencias  Los usos y costumbres, así como las tradiciones cada vez se ajustan menos al estilo y gusto de las generaciones actuales, y en esa medida debemos ser respetuosos de quienes los reproducen aunque no estén estrictamente apegadas a las convenciones, circunstancias muchas veces derivadas a que se representan en un contexto social diferente al original.
En la Sierra somos como una familia, con diferencias que siempre hemos logrado superar. Quien no pueda entender eso y dedique su esfuerzo a atacar y crear discordia, no encaja en nuestro sistema de intercambio y convivencia o sea, hay que anteponer el respeto, porque lo otro tiene el poder de dañarnos.

En la actualidad vivimos en una época de constantes cambios, ante los cuales no podemos permanecer ajenos y procurar estar atentos ante cualquier situación que represente riesgo para la comunidad.