lunes, 4 de julio de 2011

AUDICION DE BANDAS

AUDICION DE BANDAS
EN SAN ANDRES SOLAGA
En la sierra Juárez cada pueblo cuenta con su propia banda de música que se reúne para las ocasiones especiales para abrir los causes de las notas y sonidos y deleitar a los habitantes del pueblo. Estas bandas están para tocar en todo tipo de eventos lo mismo para los afortunados que para los desafortunados, música para la vida y música para la muerte, para los momentos alegres los sones y jarabes, para bailar hasta sudar y para los momentos tristes las marchas fúnebres y uno que otro bolero para escuchar hasta llorar.
Uno de los números más atractivos en la programación de las fiestas principales de los pueblos de la sierra, es la participación de las bandas de música, que llegan en numero de dos, tres, cuatro o hasta cinco bandas para amenizar la festividad, algunas de estas bandas van por contrato, otras mediante la practica tradicional conocida como gozona (hoy por mi mañana por ti), y algunas en plan de promesa, estas bandas arriban el día de la matanza (día en que se matan las reses que se han de consumir durante la fiesta), al arribar cada contingente, se lleva a cabo la ceremonia de bienvenida con cada uno de los grupos, con un discurso en riguroso zapoteco con traducción al español a cargo de las alumnas y alumnos de las escuelas comunitarias del lugar, vestidos estrictamente a la usanza tradicional de la población, al terminar este acto se dejan escuchar las dianas tanto de la banda local como por parte de los visitantes, para enseguida ejecutar una marcha y encaminarse hacia el centro de la población, en donde visitan la iglesia y después se dirigen hacia el Palacio Municipal para presentar sus saludos al Presidente Municipal. Entre la tarde y la noche de ese día se organiza la tradicional calenda, que es un recorrido que inicia en el atrio de la iglesia, y tiene el propósito de convocar a la comunidad con bombo y platillo a integrarse a la fiesta, recorriendo los principales barrios del pueblo, encabezan esta marcha las bandas de música presentes, las marmotas (muñecos o gigantes de calenda), los coheteros van señalando el camino que deben seguir para detenerse en los parajes más importantes de la población y ejecutar los acostumbrados sones y jarabes, para que todos aquellos que quieran bailar bailen, lo típico es el baile en parejas, aunque hay quienes bailan suelto, como es el caso de las mujeres y niñas que llevan canastas con flores en la cabeza, estos paseos culminan en horas avanzadas de la madrugada.
En la víspera a media mañana las bandas toman sus lugares en los espacios dispuestos para ellos en los corredores municipales y empiezan con su música a amenizar el día, si hay jaripeo se coordinan para acompañar con la música adecuada (música de toros) este evento, en tanto que otros acompañan con la música correspondiente las danzas típicas. Por la noche (de la víspera) las bandas interpretan algunas piezas ya preparadas para la ocasión, desde los danzones, pasando por arreglos de música popular como los boleros, hasta llegar a los sones y jarabes, para acompañar la quema de los juegos pirotécnicos como son: los toritos encuetados, el castillo, las bombas japonesas y la cascada de luces, al terminar empieza el baile popular gratuito.
En el día principal inicia la actividad de las bandas ofreciendo las tradicionales mañanitas en la iglesia, para después continuar con el programa del día. Al caer la tarde se lleva a cabo la audición de bandas, en la plaza principal se reúnen las bandas presentes, previo acuerdo de sus directores inician el programa, cada una en el más estricto orden ofreciendo lo mejor de su repertorio, cada banda tiene la oportunidad de ejecutar tres temas (dependiendo a veces de las condiciones del clima y el tiempo) normalmente de manera alternada, esta dinámica les permite abordar diversos géneros y nos da la oportunidad de escuchar algunas relajantes oberturas de maestros europeos, que se van alternando con los temas de los más notables compositores regionales Mixes y Zapotecos, hasta llegar a los clásicos populares nacionales; para cerrar el programa, tocan de manera conjunta el Himno del Estado Dios nunca muere, del ilustre músico oaxaqueño Macedonio Alcalá.
La audición o encuentro de bandas, es hasta para el más distraído una competencia no declarada, y esto permite al público que es el mejor juez, calificar cada participación con sus aplausos, lo que hace la diferencia.
Cuando una banda adquiere el compromiso de participar en una festividad (exceptuando a las bandas infantiles), los responsables de esta se dan a la tarea de revisar sus filas para cualquier eventualidad, sección por sección, ven sus carencias y se ponen a buscar en el mercado de músicos, un fenómeno bastante común en el medio ante la falta de elementos para integrar una banda completa, como consecuencia de la migración, músicos con algún dominio del oficio se ofrecen para reforzar bandas tarifando su trabajo según el esfuerzo o el grado de dificultad que reviste la ejecución de su instrumento, esta situación por lo tanto no nos permite tener una idea del verdadero nivel de la banda representativa de un pueblo, ante este tipo de arreglos.
La fiesta concluye para las bandas, al quinto día de su llegada, después de los agradecimientos correspondientes la banda local interpreta algunos sones y jarabes para que los músicos que se van, bailen con las mujeres de la localidad, y poco a poco el pueblo vuelve a su tranquilidad habitual.

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